Por: Dr. Víctor Enrique Corona Montes, experto en cirugía robótica urológica, adscrito al área de Uro-Oncología del Hospital General de Mexico.*
LaSalud.mx.- El estado actual de la cirugía robótica en el mundo es una constante evolución, misma que desde su autorización para uso en humanos en E.U.A., en el año 2000, ha dejado una inmensa cantidad de demostraciones sobre su efectividad. Existen publicaciones que se realizan en las asociaciones más importantes de cirugía entre ellas las de urología como la American Urological Association y la European Association of Urology, que cuentan con sus respectivas secciones para el área de cirugía robótica.
Existe en la ciudad de México desde el 9 de septiembre de 2013 la tecnología asistida por robot “Da Vinci”, cuando se realizó la primera cirugía con robot en la CDMX para tratar un cáncer de próstata exitosamente en el Hospital Ángeles del Pedregal.
La cirugía robótica remonta su historia al año de 1495, en el que Leonardo da Vinci creó a su caballero mecánico y desde ese momento el hombre se ha dedicado a la búsqueda de la facilitación de actividades tanto bélicas como de comunicación, transporte, aviación, espacial y por supuesto quirúrgica, reconociéndose como manipuladores multifuncionales reprogramables de los cuales se espera lograr mover materiales, partes, herramientas o bien especializados en realizar tareas particulares; siempre realizando estas funciones operadas por un humano, se generan 3 niveles de funcionalidad, habilidad para realizar maniobras de forma reprogramada e interpretar
y modificar respuestas con comandos basado en la experiencia y el aprendizaje.
El término “robot” fue utilizado por primera vez por Karel Capek (escritor checo), en un relato de ciencia ficción en el año 1921, éste utilizó el término “robota” del checo esclavo, nombrando a un androide metálico diseñado por el hombre para su servicio.
Además, Issac Assimov estableció las reglas de la robótica por primera vez en el relato Runaround (1942), establecen lo siguiente:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por el hombre, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que es la protección no entre en conflicto con la primera o segunda ley.
Encontramos diversas especialidades para su aplicación, entre ellas existen cirugías en ginecología, oncología, pediatría, cirugía bariátrica, coloproctología entre otras. En la especialidad de urología se utiliza principalmente para el tratamiento de cáncer de la próstata, primer causa de muerte masculina por neoplasias en México y en el mundo, y se realiza el procedimiento llamado prostatectomía radical asistida por robot, la cual ofrece las ventajas de la preservación de tejidos, que permiten el mantenimiento de la función sexual (no en todos los casos) y de la continencia urinaria, para una vida lo más aproximada a la función normal. Lo anterior se consigue con una reconstrucción de la unión del tracto urinario en su porción de uretra y vejiga, además preservando al máximo los nervios o llamadas “bandeletas” que permiten la erección, en aquellos casos en los que no se hace una resección prostática amplia. La prostatectomía radical asistido por robot “Da Vinci” es la mejor alternativa para ser tratado por cáncer de próstata en la actualidad en el mundo.
Dentro de la urología oncológica, existe un gran rango de aplicación de esta tecnología a su vez en los casos de tumores del riñón realizando la nefrectomía parcial robot asistida, la cual permite la posibilidad de diagnóstico certero, uso de tecnología durante la intervención como el ultrasonido laparoscópico para determinar el margen quirúrgico (zona libre de tumor). Además de los beneficios propios de la mínima invasión como son: la reducción del dolor postoperatorio, la disminución del tiempo de hospitalización, menor sangrado transoperatorio, así como tiempos de isquemia, el menor daño de la función renal y la limitación de la discapacidad postoperatoria para retomar sus actividades de la vida diaria lo más pronto posible.
También dentro de la rama oncológica se debe considerar al cáncer de la vejiga que puede ser tratado con la cirugía denominada cistectomía radical robot asistida, la cual pudiera ser uno de los procedimientos de mayor complejidad que se facilitan con el uso del robot “Da Vinci”. Si bien es una cirugía llamada “mayor”, como muchos de los procedimientos oncológicos, se ha evolucionado en su aplicación para lograr todos los beneficios de una cirugía pequeña en apariencia pero con grandes ventajas.
Con el crecimiento de la mínima invasión hemos logrado reproducir muchas de las técnicas reconstructivas que han seguido el curso evolutivo de la cirugía abierta hasta la asistida por robot, lo que debe dejarnos en claro que la opción terapéutica existe. Se tratan las lesiones del uréter, las malformaciones de la pelvis renal, y los defectos pélvicos como el cistocele con un procedimiento novedoso llamado colpo sacro suspensión, además de las fístulas vésicovaginales. Muchos casos requieren de movimientos finos y reconstrucciones precisas, además de mejorar nuestra visión para identificar correctamente las estructuras anatómicas que han sido modificadas o seriamente afectadas. La cirugía robótica es entonces una excelente opción terapéutica para la atención médica.
*El Dr. Víctor Enrique Corona Montes, realizó la primera cirugía asistida con robot, Da Vinci, en la CDMX para tratar un cáncer de próstata exitosamente en el Hospital Ángeles del Pedregal.
El Dr. Corona ha realizado múltiples publicaciones internacionales, se formó durante casi dos años en la Clinique Saint Augustin, en Burdeos, Francia y posteriormente continúo su formación en urología oncológica en la Fundació Puigvert de Barcelona, España, ambos centros reconocidos mundialmente en las áreas de cirugía robótica y oncología.
A partir de esa fecha ha colaborado para el desarrollo de la cirugía robótica en México, aportando nuevos procedimientos al área de urología por mínima invasión, ha trabajado en las diferentes instituciones, tanto públicas como privadas, que cuentan con dicha tecnología.
Creó en el 2015 el Programa de Entrenamiento en Cirugía de Mínima Invasión para Laparoscopia y Robótica con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el departamento de posgrado y de altas especialidades, con lo que se entrena a cirujanos mexicanos en el área de urología.