El ABC del cáncer renal

Además del tabaco y la obesidad, el sedentarismo completa la triada de factores con mayor predisposición en la aparición de neoplasias. Las personas que permanecen inactivas, sin incluir algún tipo de ejercicio en su rutina diaria, sufren los síntomas de cáncer.

El cáncer de riñón, como también se le conoce, presenta células malignas en el revestimiento de los túbulos de los órganos excretores.

¿Para qué sirven los riñones?

La función principal de los riñones es filtrar los productos metabólicos de desecho y el exceso de sodio y de agua de la sangre, así como facilitar su eliminación del organismo; también ayudan a regular la presión arterial y la producción de glóbulos rojos.

El ser humano cuenta con dos riñones; el derecho se ubica debajo del hígado y el izquierdo debajo del diafragma y adyacente al bazo. Sobre cada riñón hay una glándula suprarrenal.

Síntomas

El desarrollo del cáncer renal con frecuencia se da a partir de los 50 años, pero es posible que se presente a cualquier edad. Constantemente se da de forma esporádica, es decir, sin antecedentes familiares y raras veces forma parte de un síndrome hereditario.

La presencia de sangre en la orina es el síntoma que manda la alerta de una posible presencia de agentes nocivos. En ocasiones la cantidad de fluido es pequeño que sólo se detecta con el microscopio. Por el contrario, a veces la orina puede aparecer visiblemente roja.

Además de la sintomatología ya expuesta, el paciente puede presentar:

• Pérdida de apetito

• Pérdida de peso sin razón aparente

• Anemia

Como parte de los síntomas, también se encuentra el dolor en el costado y fiebre. En ocasiones, cuando el médico ausculta al paciente puede notar un aumento de tamaño o una prominencia en el abdomen.

En la actualidad cerca del 50 por ciento de los casos se diagnostican de forma incidental, es decir, al hacer análisis de laboratorio por algún otro problema, como la hipertensión arterial.

La presión arterial puede aumentar debido a que una irrigación inadecuada hacia una parte o la totalidad del riñón desencadena la liberación de mensajeros químicos que la elevan.

El recuento de glóbulos rojos puede también volverse anormalmente alto, provocando una policitemia secundaria, ya que el riñón enfermo produce altos valores de la hormona eritropoyetina, que estimula la médula ósea para aumentar la producción de glóbulos rojos.

La exploración física es el primer paso para la detección.

Los exámenes de laboratorio requeridos son: calcio sérico, DHL, pruebas de coagulación, entre otras. El ultrasonido es el principal método de diagnóstico, con el él se puede detectar con mayor precisión la presencia de masas tumorales.

Incluso, para corroborar el diagnóstico se pueden efectuar: Análisis de orina: prueba para determinar el color de la orina y su contenido, como azúcar, proteínas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.

Prueba de la función hepática: donde se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de enzimas liberadas hacia la sangre por el hígado.

Cuando el cáncer no se propaga más allá del riñón, la extracción quirúrgica del riñón afectado y de los ganglios linfáticos proporciona una buena probabilidad de curación.

En tanto, si el tumor invade otras partes del organismo como la vena renal o cava, la cirugía sigue siendo una excelente opción. La detección en una etapa temprana, puede salvar su vida, ya que el cáncer de riñón tiende a producir metástasis e invadir otros órganos como los pulmones.

 Este artículo será publicado en la Edición Impresa de LaSalud.mx en Milenio Diario, el próximo 16 de Julio del 2014

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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