A propósito del día del padre, queremos compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el impacto que tienen los padres fumadores (tanto el padre, como la madre) sobre sus hijos.
Sabemos que en el inicio del tabaquismo interviene de manera importante la “imitación”, de tal manera que un hijo de fumadores tiene cuatro veces más posibilidad de serlo. Intervienen varios factores, el hecho de que nuestros padres fumen reduce la percepción del riesgo que tenemos sobre el consumo de tabaco…- si mi mamá/papá fuma, entonces fumar no puede ser malo…- en general asociamos las conductas paternas con situaciones positivas.
Por otra parte, en casa de fumadores, siempre existe la posibilidad de tener acceso a una cajetilla de cigarros olvidada y sacar uno o varios cigarros sin que el dueño lo note. En nuestro medio, además continúa prevaleciendo la costumbre de que los padres envían a sus pequeños a comprar cigarrillos en la miscelánea más cercana, lo que determina que la aplicación de la ley que prohíbe la venta de productos de tabaco a menores de 18 años, sea letra muerta. Con este pretexto, el dueño de la tienda nunca sabe si la cajetilla es para uso del pequeño o va a llegar realmente a un adulto. Otro de los problemas que determinan el acceso al tabaco por parte de los niños y adolescentes es la venta por menudeo, es difícil que en este grupode edad se tenga dinero suficiente para comprar una cajetilla, sin embargo siempre habrá tres pesos para comprar un cigarro “suelto”. La ley que prohíbe este tipo de venta también existe, pero desafortunadamente no se aplica.
De acuerdo con los datos de las últimas encuestas nacionales de adicciones, los grupos más vulnerables son los niños y adolescentes, por ejemplo las niñas de 12 a 15 años duplicaron su prevalencia de consumo de tabaco entre 2002 y 2011, de 4% a 8%, respectivamente. La edad promedio de inicio en el país es de 12-13 años, lo cual es altamente preocupante ya que el aparato respiratorio en el ser humano finaliza su desarrollo y maduración alrededor de los 13 años, si un niño inicia el consumo de las más de 4000 sustancias químicas presentes en el humo de tabaco a edades tan tempranas, es fácil entender que el daño resultante será mayor.
Asimismo con un inicio temprano y debido a la inmadurez del sistema nervioso central, el proceso de adicción se presentará más rápidamente, de tal manera que estos niños y adolescentes que ahora están empezando a fumar, pronto formarán parte de las estadísticas de morbimortalidad asociada con el consumo de tabaco.
El tabaquismo es conocido como “droga puerta de entrada” ya que abre la puerta a drogas legales e ilegales, por ejemplo, sabemos que un adolescente mexicano que fuma, tiene trece veces más posibilidad de empezar a consumir alcohol y marihuana que uno que no fuma.
Por otra parte, se ha encontrado que los jóvenes son uno de los grupos más expuestos al humo de segunda mano, ya que son fumadores pasivos, especialmente en el hogar.
Para evitar que nuestros niños y jóvenes se inicien en el tabaquismo, como sociedad debemos vigilar el cumplimiento de la Ley General para el Control del Tabaco, realizar campañas de educación e información dirigidas a los adolescentes, privilegiar espacios 100% libres de humo de tabaco, estimular el incremento del precio de los cigarros, crear más clínicas especializadas en el tratamiento, incluir los medicamentos requeridos en el cuadro básico de los servicios de salud públicos, entre otras. La prevención es crucial para evitar que más mexicanos requieran atención por enfisema, cáncer pulmonar, bronquitis crónica y otras enfermedades.
La Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011 reportó que 17.3 millones de mexicanos son fumadores, una prevalencia de consumo activo de 21.7 por ciento entre la población. El 31.4 por ciento de los hombres y el 12.6 por ciento de las mujeres son fumadores activos (12.1 millones de hombres y 5.2 millones de mujeres). Cada día mueren alrededor de 170 mexicanos como consecuencia de las múltiples enfermedades asociadas con el tabaquismo, más de 60,000 al año.
La mejor manera de evitar que nuestros jóvenes engrosen las estadísticas de enfermedad y muerte asociada con la adicción a la nicotina, es brindarles una imagen libre de humo de tabaco. Así que ya sabes, si fumas al menos no lo hagas en casa y menos frente a tus hijos.