Por LTF. Guillermina Benavides Morales
Aunque va en aumento la cantidad de sobrevivientes de cáncer de mama, la mayoría de las mujeres ya “curadas” experimentan otro importante impacto ante la amputación de uno o ambos senos, afectando psicológica y físicamente. Cada vez más estudios demuestran que la rehabilitación es, sino necesaria, benéfica para recuperar pronto los movimientos del hombro, el aspecto de la cicatriz, así como recuperar la seguridad por la pérdida del seno.
A nivel mundial el cáncer de mama afecta aproximadamente a 1.3 millones de mujeres. En México, D.F. de 100 casos de cáncer el 64.74% es de cáncer de mama según cifras del INEGI 2009. La cantidad de mujeres que sobreviven al cáncer de mama es cada vez mayor debido al diagnóstico temprano y a que los medios y técnicas con que se combaten han mejorado con el paso del tiempo, sin embargo las mujeres que cursaron con la enfermedad experimentan cambios físicos y emocionales, el primer impacto aparece cuando saben su diagnóstico, posteriormente por la cirugía con una amputación de seno y finalmente el desgaste físico por la radiación, estos cambios psicológicos y biológicos como; depresión, negación, sublimación transferencia, cicatrización tardía, falta de movilidad del hombro, fatiga, afectan la calidad de vida y persisten incluso después del tratamiento activo.
En México todavía cuesta trabajo distinguir las diferencias entre el ejercicio físico y la terapia física o de Rehabilitación. Si ya de por sí, la actividad física requiere más estudio para su aplicación sin complicaciones en estas pacientes, la terapia física que se encuentra dentro de la rehabilitación debe ser aplicada por un profesional capacitado solamente, la terapia física es una ciencia que mediante un conjunto de técnicas como los agentes físicos, curan, previenen, recuperan y readaptan a los pacientes susceptibles de recibir tratamiento físico. EL objetivo primordial de la rehabilitación es regresar al paciente a su entorno personal mejor que antes de la lesión para adaptarse a su rol; personal, social, biológico y psicológico. Es importante iniciar un programa de rehabilitación incluso antes de la operación y acudir con un licenciado en fisioterapia.
Los ejercicios preoperatorios de rehabilitación por lo regular incluyen algunos ejercicios de respiración, cuidados de la cintura escapular, cuidados necesarios para evitar dolor en la espalda media y alta (puede ser con masajes) y enseñanza de los ejercicios de drenaje linfático (isométricos con elevación de la extremidad afectada) esto se realiza evitando el esfuerzo de la zona futura a operar.
El brazo del lado afectado por lo regular presenta deterioro en la movilidad primero por los cambios que se dan a nivel de mama, seguido de los cuidados postoperatorios y finalmente por la quimioterapia que genera una lenta cicatrización con irritación de la piel, los pacientes frecuentemente pegan su brazo al cuerpo y así se mantienes durante el tiempo que dura la radioterapia (aproximadamente 3 meses posteriores a la operación). Si se ha recibido o no terapia previa a la operación es conveniente tomar rehabilitación posterior a la cirugía, se puede iniciar desde el primer día, en el cual solamente se mantiene la extremidad afectada en elevación y un poco en abducción del brazo con movimiento de mano, cuello y de ser posible el hombro muy suavemente, se recomienda también hacer ejercicios de respiración, pueden implementarse técnicas de masaje que incluya para circulación y drenaje linfático, masaje progresivo para cicatriz para mejorar elasticidad en el tejido y masaje descontracturante para la zona dorsal, toma de conciencia y la estética corporal.
Después se puede iniciar con fortalecimiento de los músculos del hombro y pectoral. Se incluyen programas específicos de extremidades superiores para mejorar la flexión, extensión, abducción y rotación externa por la limitación del movimiento en la articulación de hombro, cuando no hay lesiones cutáneas se puede incluir la hidroterapia, ya sea con chorros de presión o por medio de inmersión. Existen dos regímenes de ejercicio; el supervisado y el que se realiza en casa, el primero es siempre supervisado por el terapeuta físico en un hospital, clínica o en casa del paciente, el segundo es realizado por el paciente en su domicilio sin supervisión después de que se le dio la enseñanza por medio del profesional capacitado, según Mariana Freire de Oliveira Fisioterapeuta del Servicio de Fisioterapia del Centro Integral de la Salud de la Mujer de la Universidad Estatal de Campinas, Brasil tiene mayor beneficio para el paciente ser supervisado durante el programa de rehabilitación, tanto por la convivencia con el terapeuta como por la corrección de los ejercicios, Freire menciona que; aunque no es el objetivo principal la convivencia con el terapeuta, los pacientes logran un mayor bienestar psicológico.
Otras actividades dentro de la rehabilitación. Artículos revisados en el departamento de Oncología de la Universidad del Hospital Central de Helsinky y en otro estudio de Cramer y colaboradores de biomedcentral demuestran que las mujeres que realizan algún ejercicio como yoga danza o alguna actividad aeróbica durante y después del tratamiento activo del cáncer de mama mejoran su salud psicológica recuperan el control sobre su cuerpo y su vida, manejan sus emociones y están preparadas para vivir mejor que antes mejorando su calidad de vida
Mishra en estudio realizado en la Universidad de Albuquerque, Nuevo México mostró que el ejercicio de moderada y fuerte intensidad es más efectivo en las pacientes que se encuentran en tratamiento de quimioterapia o posterior a él, cuando se realizan con leve intensidad.
En el departamento de Oncología del Hospital Universitario de Skane, Lund, Suecia. Anna O. Johnsson y colaboradores mencionan que las pacientes con cáncer de mama que habían practicado ejercicio previamente a su diagnóstico tienen mejor entendimiento a los programas de actividad física y es un factor importante para lograr mayores niveles de actividad física durante y posterior al tratamiento de radioterapia y quimioterapia que los pacientes sedentarios.
La actividad física realizada puede ser supervisada o enseñada para realizarse en casa por el médico o el terapeuta, puede incluso realizarse libremente. La terapia física o de rehabilitación para movimiento de hombro y manejo de drenaje linfático, técnicas de relajación y descontracturante, así como el manejo de la cicatriz deben ser aplicados únicamente por el terapeuta físico para evitar lesiones. Hacer ejercicio antes y después de la lesión junto con la terapia de rehabilitación tiene grades beneficios para las pacientes que se encuentran en tratamiento de cáncer de mama y posterior a él. Cualquiera de los tratamientos antes mencionados solo deben practicarse cuando el médico cirujano y/o tratante lo indican.