“La buena noticia es que hay esperanza, que hay solución cuando su detección es temprana”: Dr. Roberto Delgado Gallart
Como una distinción a nuestros medios: LaSalud.mx, Oncología.mx y Ellas.mx, de Grupo Editorial Mundo De Hoy, el Dr. Roberto Delgado Gallart Consejero Fundador de Cim*ab nos permite compartir con nuestros lectores el mensaje que ofreció el día de ayer miércoles 3 de octubre, durante la celebración del X Aniversario De La Fundación Cim*ab.
A continuación las palabras del Dr. Roberto Delgado Gallart Consejero Fundador de Cim*ab.
Amigos y Amigas que nos encontramos aquí reunidos:
Es para mí un gran honor acompañarles en este día tan significativo para la Fundación Cim*ab, en este año en el que cumple su X Aniversario.
Recuerdo muy bien el día en que Alejandra- a través de un amigo común, el buen Martín Achirica-, me platicó la idea de crear esta Fundación. Desde entonces, Ale, tenía el firme deseo de apoyar a otras mujeres a superar la enfermedad del Cáncer de Mama, tal como ella lo había hecho. Para mí en ese momento empezó un gran reto establecer una Institución sobre una causa hasta entonces poco estudiada y menos desde la Sociedad Civil, pero el proyecto arrancó y hoy me parece increíble que hayan pasado ya diez años, durante los cuales he tenido la fortuna de acompañarles de alguna forma con nuestra modesta capacidad pero con enorme convicción en este arduo, pero fructífero camino.
Ha sido testigo de la dedicación, la entrega sin descanso, el espíritu de lucha y el profesionalismo con el que Alejandra en su inicio y Bertha desde entonces, han enfrentado este gran reto.
Su constante superación personal y profesional les ha llevado a desarrollar una Fundación sólida, y a consolidarse como una de las organizaciones más destacadas y admiradas por propios y extraños en el ámbito del Tercer Sector o sector social en nuestro país.
Alejandra, Bertha y las colaboraciones que les acompañan y han acompañado, son mujeres incansables, fuertes, creativas y destacadas, cuyas vidas han estado y estoy seguro que estarán siempre, el servicio de los demás, lo cual no solemos encontrar en cualquier persona. Con este espíritu de superación, es que hoy día Bertha y su equipo se encuentran en constante actualización y búsqueda de mejores resultados, de ahí que también se interesen en medir sus impactos y resultados, en influir en políticas públicas en beneficio de toda mujer, y familias con quienes tienen contacto.
Sabemos que Fundación CIM*AB tiene el objetivo noble y trascendente, que es el educar e informar a las mujeres de la sociedad mexicano sobre las diversas formas de prevención y tratamiento del Cáncer de Mama, ayudando así a reducir el número de muertes debidas a este padecimiento.
Seguramente alguno de nosotros se ha enterado de la existencia de esta enfermedad, ya sea porque alguien conocido o algún familiar en particular la padece; o bien, porque conoce otros casos similares no tan lejanos; esto es señal de la gran cantidad de mujeres que sufren o incluso mueren por cáncer de mama.
En este punto del recorrido de diez años que me ha tocado vivir con Ustedes, quiero recordar y rendir homenaje a quienes por esta enfermedad se nos adelantaron en el camino, no sin antes haber luchado desde esta trinchera, ayudado a otras mujeres a vencer este mal.
Me refiero en concreto a Gina Campos a quién tuve la oportunidad de entrevistar en un programa de radio cuando tocamos el tema que hoy nos ocupa, ella tenía cáncer de mama, y el cáncer de mama acabó por vencer su cuerpo en pocos días después de esa entrevista. Gina ya no está entre nosotros, pero- como dije al aire en aquellos momentos-, haríamos muy mal, es más traicionaríamos su menoría, su experiencia y ejemplo de vida, y sus deseos de vivir, si damos por cerrada su vida y la de muchas otras mujeres, con su muerte: el sentido de lucha, las ganas de vivir, y el compromiso por no dejarse vencer por el cáncer de mama no desaparecen con su ausencia física: tenemos que seguir adelante evitando que más mujeres mexicanas fallezcan por causa de este mal, y, consecuentemente, dejen un vacio insoportable en más vidas y familias mexicanas.
Amigos y amigas, la buena noticia es que hay esperanza, que hay solución cuando su detección es temprana, y por ello, es preciso seguir adelante evitando que más mujeres mexicanas fallezcan por esta causa.
Esto es precisamente lo que ha realizado la Fundación CIMAB gracias a sus patrocinadores, a lo largo de estos años: fomentar la cultura de la prevención y detección oportuna de esta enfermedad.
Si bien aún no se sabe, a ciencia cierta, qué es lo que causa este padecimiento, lo único que, definitivamente, puede ayudar a cualquier mujer a evitar sus más graves y destructivos efectos, es la detención oportuna. Identificar los primeros síntomas de cáncer de mama es la diferencia entre atacarlo a tiempo, o descubrirlo demasiado tarde.
Es por ello que Alejandra y Bertha han sido innovadoras y creativas al implementar sus acciones de difusión, prevención y sensibilización, rompiendo muchos paradigmas, tales como lo hicieron con la campaña “Se vale tocar”, o bien, las Caminatas que ahora ya son familiares, con el fin de concientizar a la sociedad de que esta enfermedad no sólo afecta a la mujer, sino indirecta pero profundamente a toda la familia, y por ello debemos permanecer unidos en esta lucha.
Por todo lo dicho, Alejandra y Bertha, en nombre de quienes formamos su Consejo y solicitando respetuosamente la venia de todas y todos mis compañeros y compañeras, nos permitimos felicitarles con gran cariño y expresarles nuestro reconocimiento por todos estos años de esfuerzo y dedicación que se han visto coronados con los grandes frutos logrados con su trabajo.
Salvar vidas no es una tarea fácil, o que se puede medir en pesos y centavos sino en respiraciones y latidos de corazones, en hogares recuperados y en vidas reconstruidas; este es el gran compromiso que ustedes han asumido con fidelidad, y estoy seguro que muchísimas mujeres mexicanas y de otras partes del mundo, tienen hoy el privilegio de vivir gracias al enorme corazón, vocación de servicio y amor al prójimo, de personas como ustedes, sus colaboradoras y voluntarias.
¡Muchísimas gracias!, ¡enhorabuena! Y si Dios me lo permite espero verles en próxima ocasión como esta, en otros diez años.