Diez síntomas que esconden una enfermedad grave

 

Es un grave cáncer de la sangre y es difícil de diagnosticar. La mielofibrosis se presenta como una peligrosa enfermedad que se podría diagnosticar con un conteo sanguíneo completo y una palpación del abdomen. Sin embargo, debido a una sintomatología poco precisa, la mayoría de los pacientes no son diagnosticados a tiempo.

 

Este tipo de cáncer de la sangre se produce por una insuficiencia en la médula ósea y se caracteriza por el crecimiento del bazo y síntomas debilitantes que disminuyen la calidad de vida. “El diagnóstico temprano es uno de los factores críticos en la sobrevida de los pacientes de mielofibrosis”, asegura la doctora Mildred Borrego, venezolana especialista en hemato-oncología.  

 

De hecho, la mielofibrosis puede llevar a complicaciones muy serias si no es controlada a tiempo. Distintos estudios demuestran que tras 10 años del diagnóstico, casi el 20 por ciento de los pacientes desarrollan una leucemia mieloide aguda, forma agresiva de la enfermedad que es virtualmente intratable y tiene una sobrevida promedio estimada en menos de 2.6 meses.

 

Los médicos especialistas concuerdan en que existe un sub registro de la incidencia de la mielofibrosis en las estadísticas nacionales y de la región. Según el doctor Carmino de Souza,hematólogo de la Universidad de Campinas, en Brasil, “el atraso en el diagnóstico y la derivación de los pacientes a los centros de referencia está muy ligado a un desconocimiento sobre la dolencia”.

 

Para los hematólogos, una de las claves para dar un diagnóstico preciso es un conteo sanguíneo en el que aparezcan anemia, conteos elevados de glóbulos blancos, irregularidades en los niveles de plaquetas, y anormalidades en la forma y madurez de los glóbulos rojos y blancos. El diagnostic completo incluye generalmente una aspiración y biopsia de la médula ósea. No obstante, es importante que tanto los pacientes como sus médicos de cabecera tengan en cuenta los siguientes 10 síntomas, que pueden ser indicios de mielofibrosis:

 

1. Aumento del tamaño del bazo y del hígado: Para compensar la producción irregular de células sanguíneas en la médula ósea, el bazo y el hígado aumentan la producción de glóbulos y se agrandan. El bazo de los enfermos de mielofibrosis puede crecer hasta alcanzar varias veces su tamaño normal –en algunos casos, hasta 10 kilogramos de peso y 36 centímetros de largo, mientras que un bazo normal pesa alrededor de 150 gramos y mide aproximadamente 11 centímetros de largo.

 

2. Fatiga y falta de aire: De acuerdo al doctor Miguel A. Pavlovsky, hematólogo argentino y Director Médico y Científico de la Fundación para Combatir la Leucemia (FUNDALEU),estos síntomas están relacionados con la anemia que genera la enfermedad, que produce decaimiento y falta de energía entre los pacientes y claramente afecta su calidad de vida,haciendo que se sientan crónicamente enfermos, con limitantes para ejercer su actividad diaria a nivel profesional, a nivel familiar, a nivel recreacional y deportivo.

 

3. Transpiración nocturna: La producción irregular de glóbulos rojos induce una aceleración anormal del metabolismo, con el que aumenta también la temperatura corporal.

 

4. Pérdida de peso: El aumento del tamaño del bazo genera distensión abdominal y dificultad para ingerir alimentos. “Los pacientes sienten saciedad precoz, disminuyendo las porciones alimenticias y comprometiendo su ingesta nutricional”, advierte Pavlovsky. Además, la producción irregular de células sanguíneas genera un aumento anormal en el metabolismo que, sumada a la transpiración profusa, también conlleva a la pérdida de peso.

 

5. Fiebre: Las anormalidades en la médula ósea, además de comprometer la producción de glóbulos rojos, resultan también en una alta producción de glóbulos blancos y plaquetas,lo cual causa a su vez susceptibilidad a las infecciones y fiebre. Asimismo, la aceleración anormal del metabolismo incita un aumento de la temperatura corporal.

 

6. Palidez: Este síntoma está asociado los niveles de anemia típicos de la mielofibrosis.

 

7. Moretones y propensión a las hemorragias: Las irregularidades en los niveles de plaquetas generan un aumento de hematomas y sangrados que parecen no tener explicación.

 

8. Dolor o malestar en el abdomen y el hombro izquierdo: El crecimiento anormal del bazo de los enfermos de mielofibrosis en muchos casos provoca compresión y malestares en la parte superior izquierda del abdomen o dolor en la parte superior izquierda del hombro.

 

9. Picazón o purito: La producción irregular de glóbulos rojos conlleva a una alta viscosidad de la sangre. Este líquido vital tiende a concentrase en algunas áreas, produciendo enrojecimiento de la piel y prurito –especialmente después de un baño o una ducha caliente.

 

10. Dolor en los huesos, especialmente en las piernas: Los severos dolores en los huesos típicamente anuncian un pronóstico complicado, indicando el desarrollo de leucemia mieloide aguda.

 

Algunas investigaciones muestran que la prevalencia de la mielofibrosis en América Latina podría ser más frecuente de lo estimado, ya que muchos casos no se reportan o los pacientes no reciben un diagnóstico acertado dado que los síntomas son comunes a otras enfermedades. Hoy en día existen opciones muy limitadas contra la mielofibrosis, y la mayoría de ellas involucra riesgos substanciales sin resultados a largo plazo. Sin embargo, algunos tratamientos en etapa de desarrollo prometen mejorar la calidad de vida de los pacientes en forma considerable.

 

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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